Ulises Granados Quiroz, investigador del ITAM, ofreció conferencia en El Colegio Mexiquense, A. C.; hay una incógnita en el peso que dará el gobierno de AMLO a la apertura comercial
* Comunicado de prensa 031/2018
Dentro del marco del 130 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Japón y México, el coordinador de Estudios de Asia del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Ulises Granados Quiroz, previno que en el trabajo entre ambas naciones hay que tomar en cuenta «el factor Trump».
Señaló la coyuntura de la firma del T-MEC este fin de semana en Buenos Aires, como parte de la reunión del G-20, los cambios políticos en México y las elecciones recientes del midterm en Estados Unidos, así como la estabilidad del gabinete del primer ministro japonés Shinzo Abe.
Invitado por El Colegio Mexiquense, A. C., a impartir la tercera y útima conferencia del ciclo organizado por el investigador Omar Martínez Legorreta para conmemorar el acuerdo de 1888, Granados Quiroz destacó el interés japonés sobre la caravana de migrantes centroamericanos, el posible impacto de Trump en la relación de México con la potencia oriental y la importante presencia de empresas japonesas en la frontera México-estadounidense.
El estudioso puso énfasis en la relación de México con Japón como socios estratégicos y en las posibilidades de diversificar e incrementar la relación comercial y los intercambios académicos entre ambos países, que actualmente ronda los 29 mil millones de dólares (mmdd), aunque el déficit comercial en contra de México alcanza los 14 mmdd.
Respecto del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTTP), Granados destacó que Donald Trump sacó a Estados Unidos del mismo, pero México y Japón han revivido el tratado, haciendo ajustes para mantener la posibilidad de reingreso de la primera potencia mundial.
Consideró que se necesita una relación «postautomotriz» que lleve a las dos naciones a explorar posibilidades en la industria aeroespacial y otras áreas de comercial bilateral, pero señaló que la relación entre el presidente Peña Nieto y su par norteamericano es muy mala como resultado de la «necedad» de éste en relación con el muro fronterizo.
Granados dijo que México ha sido una plataforma para muchas empresas japonesas que se han expandido en Estados Unidos y que su política de apertura económica que se ha traducido en 46 tratados comerciales, así como a la posibilidad de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador acepte el T-MEC en los términos en que está y que haya una buena relación con el gobierno japonés.
Acotó que se aprecia que la nueva administración está interesada en la diversificación dirigida a América Latina pero no necesariamente al fortalecimiento de las relaciones con Asia Pacífico, lo que consideró preocupante.
Hay oportunidades en la Industria de gas y petróleo, productos agropecuarios y en el sector de autopartes, así como el mejoramiento del ambiente comercial y de inversiones en la frontera para las empresas japonesas (en México hay más de mil 200), sin descontar que haya más parques industriales con participación de aquella nación; aunque se debe considerar también a los gobiernos locales de México como parte del fortalecimiento de la relación, dijo.
Añadió en su análisis que el T-MEC, el CPTTP y un acuerdo de relación comercial modernizado entre México y Japón están necesariamente relacionados; pero hay una incógnita en el peso que el gobierno de López Obrador dará a la apertura comercial.
Con la conferencia de Ulises Granados concluyó el ciclo organizado por el internacionalista Omar Martínez Legorreta en que se analizó en detalle la historia, el presente y el futuro de la relación de México con Japón.